viernes, 8 de octubre de 2010

La dualidad del ser humano

Me atrevo a comentar en este blog que escribo un par de anécdotas personales que me han sucedido esta semana y que me han hecho encarar dos situaciones totalmente opuestas, muestra de la dualidad del ser humano y de los extremos que podemos alcanzar. Soy mamá de una preciosa niña de 1 año, quien de lunes a miércoles me acompaña en su cochecito a coger el tren. Los papás y mamás que alguna vez hayáis ido el tren con el carrito sabréis de lo engorroso que es subirse al tren. El martes a las 8 de la mañana un par de adolescentes subieron al tren, uno de ellos dejó su carpeta y sus pertenencias en el suelo y sin mediar palabra me cogió el cochecito y me ayudó a subirlo al vagón. ¡Cuál fue mi gratitud y emoción al vivir un gesto tan generoso por su parte! Y más viniendo de un adolescente y de un desconocido para mí. Todos sabemos -y lo digo porque además vivo al lado de un instituto- que en estas edades no vemos más allá de nuestras narices egoístas. Y ahora es cuando viene el contraste. El miércoles, al día siguiente, me encontré por remota casualidad a una antigua jefa, con su hijo y además embarazada de 6 meses. Como marcan las normas de la más mínima cortesía y educación la felicité por el embarazo, me interesé por el hijo mayor y por el sexo del que está por venir. Pero cuál fue mi sorpresa al recibir sus respuestas rudas, secas, déspotas y despectivas, al tratarme con el más absoluto desprecio, que me hizo sentir absolutamente humillada y dolida. Lo que decía al principio: la dualidad del ser humano y las sorpresas que depara. Gracias de veras al chico que me ayudó a subir al tren y gracias a todos los pasajeros anónimos que dejan sentarse a mujeres embarazadas, a personas ancianas y ayudar a personas que van cargadas.

lunes, 4 de octubre de 2010

Lo más trendy

Vengo pensando de unos días para aquí si ciertamente estoy al día de las últimas tendencias en marketing y comunicación, si sigo la moda, si conozco todas las novedades de Internet 3.0 (que ya no 2.0), en definitiva si es cierto que estoy actualizada. Y como siempre, la respuesta es no. Porque en este mundo cambiante, interactivo, eminentemente digital donde imperan los cambios veloces y la exigente necesidad de actualización nos coloca a todos en una posición de cierta debilidad. Pero cuál ha sido hoy mi sorpresa al ver que efectivamente no soy de lo más trendy porque... ¡nunca pagaría 900 euros para que me secuestren y vivir así una experiencia de lujo! Inestimable la entrevista que La Vanguardia le dedica a Reiner Evers, gurú de tendencias sobre consumo que estudia el comportamiento de compra en una sociedad híper conectada. Seguiré informándome sobre Internet 3.0, sí. Intentaré estar al día @, sí. Creo en las ventajas y la necesidad de reciclaje contínuo, sí. Pero no caeré en ciertas tendencias de consumo...