martes, 11 de mayo de 2010

Crónicas desde las antípodas

Es la época del cambio, ¡viva la reconversión!, es necesario para el país cambiar de modelo económico, la crisis económica es una oportunidad… Como decía Darwin y nos recuerdan frecuentemente médicos y psiquiatras como Mario Alonso, exitoso conferenciante en la esfera de lo público y lo privado, la evolución natural favorece a las especies que se adaptan mejor al cambio. También los pediatras nos lo dicen: nuestros hijos lloran cuando los dejamos solos porque, durante las épocas prehistóricas, los bebés que no reclamaban a su madre al quedarse solos eran devorados por animales en busca de alimento. Así pues, sólo sobrevivieron aquellos que lloraban, aquellos de los que hemos heredado sus genes, aquellos que supieron adaptarse a las circunstancias.

Bonitas palabras, pero ¿puede todo el mundo sobrevivir? La construcción debe dejar de ser el motor de la economía española, el turismo debe sostenerse y reconvertirse a un modelo que no sea sólo el de sol y playa, ¿y la comunicación? ¿Hacia dónde debe virar? ¿Hacia las redes sociales que nos ponen en boca de cualquiera que no nos conoce, que hacen peligrar nuestra seguridad y la de nuestros hijos, a hacernos fans de productos y marcas, políticos, bares y restaurantes, etc. votados por la masa arrastrada? Rezan carteles por todas partes: hazte fan, vótame en tal dirección, acepta mi invitación a mi red social… ¿Hay vida fuera de estos tentáculos? ¿Tantos años de inversión publicitaria convencional, de horas de spots rodados, de relaciones construidas a mano y con delicadeza con el entorno comunicativo, institucional y social? ¿Si no estamos en Internet no existimos, como cuando se decía que si no sales en la TV no eras nadie? ¿Es ésta la única evolución posible y es así de fácil? Prefiero hablar del turismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario